A los once años me tiraba a la pileta desde un trampolín de diez metros. Hoy no sé si me atrevería a asomarme, siquiera. Claro que en aquellos días estaba la presión de los compañeros. Arrojarse o ser un cobarde. Con el tiempo algunos de esos chicos se transformaron en contadores, abogados, empleados, padres de familia. Me gustaría volver a reunirme con ellos allá arriba.
"Me tiré por vos" llamó con agudeza rockera Charly García al recital que organizó tras su gran salto. Pero nadie salta por nosotros.

Este es la secuencia inicial de la película rusa El regreso. Vanya no se anima a tirarse al lago, como hicieron su hermano y el resto de los chicos. Pero tiene el coraje suficiente para algo mucho más duro: enfrentar a su padre, que vuelve después de haber abandonado a su familia, muchos años antes.



4 comentarios:

  1. http://www.telegraph.co.uk/sport/picturegalleries/8652357/Divers-faces-frozen-in-action-at-the-FINA-World-Championships-in-Shanghai.html?image=6

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  2. Excelente, Eduardo.
    Parece que los campeones también sufren.
    Las fotos me trajeron a la memoria aquellos famosos versos de excusado (o versos de biorsi) que alguna vez me enseñó mi abuelo

    En este lugar sagrado
    al que acude tanta gente
    hace fuerza el más cobarde
    y se caga el más valiente...

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  3. Tal cual, Nicolás. Muy impresionantes esas fotos, que tu post me hizo acordar.

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  4. Después de 30 años, volví al club donde aprendí a nadar y fui, a propósito, a mirar de cerca el trampolín de la pileta. ¡Es una nadita! Y pensar que me daba terror la sola idea.

    Sobre trampolines y miedos, "Lluvia de estrellas", de Martina Wildner (publicado por Cántaro).

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