PIEDRAS

Ávido de misterios, Martincito caminaba por la Zona cuando vio una piedra con la forma exacta de un sapo. La levantó. Abajo había un sapo.

–¡Un batracio! –exclamó Martincito.

–Un sapo –respondió el animal, estirando las patas y visiblemente aliviado del peso que acababan de sustraerle.

–¿Qué hacía debajo de esa piedra? –preguntó Martincito.

–No mucho. Como comprenderá, no...

–¡Se escondía! –lo interrumpió Martincito, ávido aún de misterios.

–Sí, me escondía. De su tía –dijo el sapo, irónico–. Ahora, si me disculpa…

–¿Conoce a mi tía? –preguntó Martincito, aprensivo. A su tía no le gustaba ni medio que fuera a caminar solo por la Zona.

–No la conozco. Pero rima con “escondía” –dijo el sapo, estudiando el cielo–. Ahora por favor...

–¿Podría decirme de quién se escondía? –lo interrumpió Martincito.

–¿Pero usted es policía?

–Otra vez con lo de la rima.

–No, no –dijo el sapo–. Es que hace tantas preguntas. ¿No se da cuenta de que estamos en peligro?

–¿En peligro? ¿Qué peligro? –preguntó Martincito.

Pero no obtuvo respuesta, porque el sapo se alejó dando tres largos saltos, justo en el momento en que caía desde el cielo una gran piedra sobre Martincito, con la forma exacta de Martincito.

3 comentarios:

  1. Genial! que me dan ganas de ilustrarlo!!!
    Llegue aqui por un comentario del Face, gracias Face!

    ResponderEliminar
  2. Tengo una amiga que me envió este link preguntándome: "¿tienes una cuenta como nicolas shuff?" dice que eres mi alter ego porque escribimos "igual". jaja ¡Muy buen micro!

    ResponderEliminar