¿Eres esencialmente un novelista o un autor de relatos breves? ¿Tu musa es la dama sonriente o la dama triste? ¿Eres un realista o un soñador? ¿Debes dedicarte al arte por el arte o comprometerte al servicio de alguna causa noble? ¿Te interesa más lo que se dice que la forma de decirlo (concibes el lenguaje como un limpiacristales) o viceversa (concibes el lenguaje como un vitral)? ¿Es cierto que menos es más? ¿Has de cantarles a las ballenas blancas o a las letras escarlatas o a los extraterrestres verdes o a los negros de clase baja o a los blancos que viven de fábula o a nada de lo anterior, y has de hacerlo basándote en tu experiencia personal o evitar los elementos autobiográficos como evitas a los exhibicionistas y a los borrachos que quieren contarte su vida?


algunas preguntas que, parece, se hacía el escritor John Barth a los 24 años.

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