“Al despertarse una mañana después de una noche densa, se había hecho unas tostadas con queso para el desayuno. Las comió y no notó nada extraño hasta que, cuando fue a la pileta de la cocina para lavarse las manos, descubrió que el jabón había desaparecido. Entonces se lavó con el queso”.

Julian Maclaren-Ross, Tostadas de jabón y otros cuentos.

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