¡Recién salido! Empieza así:

"Eran las seis y media de una mañana de invierno. Ana ya estaba despierta cuando sonó la alarma del reloj. Estiró los pies, estiró los brazos, bostezó y se sentó en la cama. Después miró las fotos pegadas con chinches en la pared y dijo:

–¡Buen día, amigas!

Las chicas de las fotografías eran cantantes y actrices famosas que Ana adoraba. Por supuesto, no contestaron el saludo de su joven admiradora. Pero le devolvieron una silenciosa mirada de reconocimiento. Después de todo, Ana sería como ellas algún día. Muchas tardes se encerraba en su cuarto, ponía música, se disfrazaba y las imitaba.

Ana todavía no sabía si quería ser actriz, cantante o modelo. A veces pensaba que podía ser las tres cosas. ¿Por qué no? Se imaginaba arriba de un escenario, o adentro de una limusina, o firmando cientos de autógrafos en la puerta de un cine.

Pero por ahora estas humildes fantasías eran su secreto. Ella era una chica reservada y un poco tímida. Sólo Martina, su mejor amiga, sabía que le gustaba actuar y que imitaba a la perfección algunos pasos de baile muy geniales y sofisticados.

Aquella mañana, Ana se levantó y se puso las pantuflas. Todavía estaba medio dormida, pero apenas entró al baño, el espejo la despertó de golpe. Todas las mañanas era igual. Ese frío y despiadado espejo le recordaba que allí estaban ellas. Acechando. Esperando. Sí, ellas: un puñado de manchitas marrones que cubrían las mejillas, la nariz y la frente de Ana. Ellas, sus malditas PECAS.

Ana las despreciaba. ¿Era posible que hubiera nacido con eso en la cara?, se preguntaba. ¡Ni siquiera combinaban con su color de ojos!

Y esa mañana, por supuesto, no había ocurrido ningún milagro: ahí estaban otra vez, sobre su cara. Pecas, pecas y más pecas.

Eran un desastre, esas manchitas. Una verdadera desgracia, pensaba Ana. ¿Dónde se había visto una actriz o cantante famosa con pecas? ¿Qué modelo pecosa fue tapa de revista alguna vez?

Esas manchas serían piedras en su camino a la fama. Sí, esa era la triste realidad. Su futuro ya estaba decidido. No había nada para hacer al respecto, salvo seguir adelante e intentarlo pese a todo, como la heroína de una tragedia...

Ana suspiró. Para compensar tanto desastre, se cepilló el pelo varias veces hasta dejarlo sedoso y brillante. Después se hizo una trenza perfecta que ató con una cinta roja".

3 comentarios:

  1. Hermosa tapa, parece interesante.

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  2. gracias. no sé si el libro es interesante, pero creo que sí puede resultar divertido. los dibujos son de mey, cuyo sitio web es www.infinitamey.com.ar

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  3. geniales los dibujos de mey, me encantaron.
    Ahora vamos a intentar conseguir a Ana y sus pecas, asi nos divertimos.

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