brisa en la tarde:
caricia de patas
de garza en el agua

*
el primer trino
del ruiseñor parece
caerse de una rama

*
el gorrión en un pueblo
escondido entre hojas caídas
(chaparrón de verano)

**
Haikus del poeta Yosa Buson, recogidos en el libro Alada Claridad (editorial Pre-textos, Valencia). Aquí unas palabras de su traductor al español, el argentino Alberto Silva:

"Volar implica trascender límites prefijados, viajar a velocidad de pensamiento, manejar lejanías, agigantar la percepción hasta extenderla al cosmos. Se entiende la atracción que los pájaros ejercen sobre los artistas, buscadores de horizontes lejanos. Las aves simbolizan una huida de los barrotes de la jaula. No hilan ni tejen, no guisan, no piensan. Viven sin preocuparse, pueden irse (y se van) por las ramas. Experimentan gozo al existir fuera de toda medida o cálculo. Habitan un cielo sin teorías. Los más vivos de los seres vivientes, son como ángeles.
El hombre sueña hacer cierto el intento de Ícaro. Y sólo empieza a vivir su condición terráquea cuando, a su pesar, reconoce que tal hazaña le resulta imposible. El ave se transforma en objeto de su atenta y algo nostálgica observación. Para entender de pájaros hay que pasar tiempo al aire libre, caminar por montañas y prados, ponerse mentalmente a la intemperie (en japonés, nozarashi: clave del haiku)".

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