Diario del Huevo. 14/12/2010. Esta mañana llegó el pajarito a incubar su huevo. No es un gorrión ni una paloma. Tampoco un avestruz ni un pterodáctilo. Es gris, más bien pequeño –más grande que un gorrión, más chico que una paloma–. Tiene la cabeza muy redondeada y "pelada". La cola es mediana, tipo penacho. Esta noche vendrá a mi casa un amigo que, según mencionó una vez, solía practicar avistaje de aves. (Debo recordar preguntarle cómo llegó a iniciarse en esa disciplina tan poco urbana). Quizá él tenga idea de qué pajaro es este que ahora miro y me mira (él de perfil, con un ojito muy negro). Aunque hay que ver si esta noche el pájaro sigue ahí o no (¿a dónde irá?). Me doy cuenta, con cierta vergüenza, que no sé nada de nada sobre la vida de las aves.

Una cosa me inquieta. La maceta-nido está apoyada sobre el motor del aire acondicionado. ¿Qué va a pasar cuando lo encienda, cosa que necesariamente haré antes de que nazca el pichón?

Numerosos interrogantes.

Mientras tanto, intentaré conseguir una cámara de fotos para ilustrar este "Diario del huevo".

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