"Macoco es el chico más alto del grado. Tiene voz finita,
ojos verdes y un montón de pelo rubio que le crece como un casco o un nido de
pájaros. Además le encanta meterse el dedo en la nariz. Lo hace con mucha
concentración, como si buscara un tesoro. Tal vez tenga un tesoro ahí
adentro. No puedo saberlo porque nunca estuve en su nariz. ¡Ni está en mis
planes hacerlo! Lo cierto es que al rato de excavar, Macoco siempre saca lo
mismo: un moco grande, verde y brillante. ¿Y qué creen que hace con él? ¿Lo
pega abajo del banco? ¿En una pared? ¡Ojalá! Lo que hace es mirarlo y amasarlo.
Y después, de golpe, se lo mete en la boca. ¡Enterito!
Cada cual come lo que quiere, eso es cierto. Mi papá dice
que en algunos países comen hormigas, y también caracoles y lombrices. Por ahí
a ustedes les gusta el sabor de sus propios mocos. Me parece perfecto. Por mí
pueden comer diez mocos, cien mocos, un camión entero de mocos. Pueden convidarles
mocos a sus primos y a sus abuelas. Pueden hacer una escultura de mocos y
comérsela toda. Yo prefiero un helado, un pancho o un caramelo.
–Hugo, ¿copiaste el ejercicio que acabo de dictar?
Era la señorita Marisa. De tanto pensar en los mocos, no escuché
nada de lo que había dicho.
–¿Sí o no, Hugo? ¿Podés leerlo en voz alta, por favor?
Me quedé callado. ¡Qué difícil es investigar en paz!"
Fragmento de Hugo Besugo y el misterio del Club de la luna, de próxima aparición en editorial Norma, colección Torre de Papel (serie roja, 7/8 años). Con dibujos de Fernando Calvi.
Me voy encariñando con estos personajes.
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