MI DIA, Marina Tsvietaieva
Mi día es desordenado y absurdo:
al pordiosero le pido pan,
al rico le ofrezco una limosna,
enhebro en una aguja – un rayo,
al ladrón confío – la llave,
con cascarilla doy color a mi pálido rostro.
El pordiosero no me da pan,
el rico no acepta mi dinero,
el rayo no entra por la aguja.
El ladrón entra sin llave,
y yo, tonta, me deshago en lágrimas-
por un día vano e inútil.
Semana Tsvietaieva en la Biblioteca Nacional, hasta 18 de noviembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario